05 diciembre 2009

CHIANTI Y FORZA ITALIA!

Para alrededor del comienzos del siglo XV, se comienza a mencionar el nombre de Chianti, pero realmente, para esperar el desarrollo de su producción, tendríamos que remontarnos a comienzos del siglo XVIII, justamente en 1716, cuando se define por primera vez a un vino de Chianti, luego en medio de la filoxera, esta variedad no alcanzó a ser afectada, y a partir de allí, se formó lo que sería la Denominación de Origen Consorcio Chianti Classico Gallo Negro. Chianti es una región que está rodeada de una gran cadena montañosa, en Toscana, entre Siena y Florencia, por allí muchos ríos atraviesan toda la región, aportando un clima, con grandes amplitudes térmicas, con veranos muy calurosos e inviernos sumamente fríos, nieblas y constantes precipitaciones. Contorneada por estas colinas, son tres las principales zonas donde se produce el famoso Chianti: Gaiole, Radda y Castellana. Aproximadamente 10.000 hectáreas de vides, hay cultivadas en esa región, que es la décima parte del territorio, en el que también se encuentran otros pueblos, entre Siena y Florencia, donde se encuentran también muchos cipreses y olivos, y se estiman que unas 40 millones de botellas ingresan en el mercado mundial. Actualmente hay 7 zonas de Chianti, tomándose de referencia cada una de las colinas: Chianti Montalbano, Chianti Fiorentini, Chianti Clássico, Chianti Rufino, Colli Aretini, Colli Senesi, y Colli Pisani. Estos vinos están elaborados con un 75% de la cepa Sangiovese, y un porcentaje menor de Canaiolo, y puede llevar hasta una proporción de 10% de variedades que incluyen al Syrah, al Cabernet Sauvignon y al Merlot. No es fácil olvidar esa imágen característica del Chianti, en esa clásica botella de cristal, llamada fiaschi o fiaschetti, rodeada de un canasto protector de paja, que le otorgaba identidad y estilo. Según señalan los enólogos, los vinos tintos de estas zonas, presentan colores desde el rojo rubí, hasta el rojo granate, con aromas muy intensos, y con notas frutales, donde la cereza y la ciruela, se destacan por la frescura en boca, pero también aromas a tabaco, vainilla y café son características marcadas en estos Chianti, en el que se percibe un gran equilibrio en su acidez y una notoria persistencia, identificada muy consecuentemente con es Gallo Negro, que es el emblema clásico que le da un reconocimiento regional a cada uno de sus vinos. Bon Appetit.

01 diciembre 2009

VINO VERDE, PERO NO TAN VERDE!

Cuando hablamos de vino verde, la primera asociación referiría a su coloración, pero en esta ocasión estamos hablando de un vino de Portugal que tiene varias características para esta denominación, la primera es el color de todo su paisaje, con planos de viñas por toda la región, otra es que se produce a lo largo de la Costa Verde de Portugal, y la otra razón es relacionada a la juventud del vino, apenas madurado. La región que hacemos referencia se llama Minho y está ubicada en el noroeste lusitano, su entorno tiene características salvajes y muy naturales, toda esta región se encuentra surcada por el río Duero, proveniente de España, rodeado de colinas y grandes montañas. Hay entre cuarenta y cincuenta marcas productoras de vinho verde, entre las cuales las más conocidas son Casal García, Aveleda o Mateus, la marca Casal García, era propiedad de la familia Aveleda, y fue creada para 1939, siendo considerada la bodega más conocida y más consumida, no solo en Portugal, sino también en el mundo. Estos viñedos se encuentran en una zona muy rica en lluvias, según cuenta el enólogo de la bodega, sus racimos se prensan a muy baja presión, y se fermenta entre los 18° y los 20°, estas cepas se han cultivado, históricamente, en zonas muy pobladas, y hasta se llegó a prohibir su cultivo, lo que provocó un plantado entre los castaños, formando largas hileras que colgaban, como si fuesen parras colgantes, de modo que actualmente su cultivo se realiza en largos soportes de 10 metros de altura, manteniéndolo convenientemente alejado de la humedad, y por añadidura, de ciertas enfermedades. Los contenidos de alcohol varían entre los 9° y los 11°, y posee abundante anhídrido carbónico, lo que le proporciona algunas características semejantes a los vinos espumosos, ya que señalan que se llega a percibir cierta aguja en boca. Las variedades utilizadas para los vinos blancos son la Trajadura, Loureiro, Albariño, Arinto, y otras, y para los vinos tintos, que resultan bastante tánicos, se utilizan la variedad Amaral, Padeiro, Vinhao y Borrical, entre otras. El dilema aquí era su color, ya que la curiosidad principal reside en que la botella es de cristal azul claro, y al combinarse con el color ambarino del vino, da por resultado cierto color verde, pero este vino tiene un aspecto limpio y brillante. Es un vino con aromas florales y frutales, en algunos casos, marcadamente ácido, y que se recomienda beberlo, (según señala la etiqueta) a temperaturas bastante frías, también es considerado sumamente seco, y se lo puede combinar fácilmente con mariscos, bacalaos, y otras variedades de pescados, pero sin dejar a un lado su fresca compañía como aperitivo, o saboreando una copa, contemplando las orillas del Duero. Bon Appetit!
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