10 noviembre 2010

COMO AFECTA EL CALENTAMIENTO GLOBAL EN EL VINO

En la última Conferencia de Cambio Climático y el vino realizada en Chile, uno de los invitados y presidente del Congreso Mundial de Cambio Climático y Vino, Pancho Campo, desarrolló desde distintos ángulos la problemática del calentamiento global y su directa incidencia sobre la industria vitivinícola, veamos algunos datos paradigmáticos.
Existen en el planeta 27 regiones viñateras, con más de 8 millones de hectáreas cultivadas en el mundo, que se verán afectadas por el continuo aumento de la temperatura debido al calentamiento global del planeta que ya provocó un aumento de 2°C en los últimos 50 años.
La repercusión de este aumento, según lo explica el prestigioso viticultor francés, Alain Carbonneau, incidirá de forma negativa, ya que se han adelantado en muchas regiones la vendimia a un promedio de 10 días, con lo que se alteraron modificaciones no solo en la uva, sino también en los mostos y las fermentaciones, y agregó “se acumula más azúcar en las uvas, que es lo que la levadura transforma en alcohol, con lo que el vino tiene menos frescor, es más empalagoso, se puede guardar menos y tiene más riesgo de contaminación microbiana”.
Durante la Conferencia de Chile, el presidente de la Academia de Vino, el Master of Wine, Pancho Campo, que compartió el panel junto a Richard Smarts y Fernando Santibáñez, sostuvo que “el achicamiento de la etapa de maduración de la uva provoca que cuando alcanza el grado alcohólico adecuado, aún no ha madurado fenológicamente el fruto, con lo que sube el grado alcohólico y baja la acidez, que es precisamente lo que da al vino su poder de longevidad y la estabilidad microbiana”.
En su exposición, Pancho Campo se refirió a tres ángulos de mitigación, adaptación y prevención, refiriéndose a diferentes variedades como la Petit Verdot, Graciano, Garnacha, Monastrell, a la utilización de portainjertos y de los recursos hídricos, y un énfasis en la prevención con la reducción energética, de los gases del efecto invernadero, la inversión en investigación y desarrollo y por último, la concientización.
En este sentido, esto implica adaptación al cambio climático en cuanto a la relación circunstancial con tal o cual región y tipo de variedad. Se calcula un aumento de un tercio de grado cada 10 años, con lo que en 30 años hay que prever un aumento de 1 °C de temperatura, a raíz de esto se producirán cambios no solo en la temperatura, sino también en las precipitaciones; con el correlato en el primero de los casos de la influencia en la maduración fisiológica, en los niveles de acidez y azúcar, que repercute sobre la pigmentación de la piel y sobre las condiciones organolépticas.
En síntesis, y solo como difusión de la problemática que acontece en el grano de uva, sabemos que sus componentes son la pulpa, de donde proviene el mosto, la piel, con el aporte del color y los taninos, y las semillas, también con los taninos, es así que como sostiene Fernando Zamora, profesor de Enología de la Universidad de Tarragona, “el enólogo va a vendimiar con la pulpa madura, pero el resto de la uva va a estar verde, obteniéndose vinos con sabores herbáceos y astringentes, cuando el mercado no pide sabores amargos, herbáceos, ni astringentes.”
Evidentemente hay que empezar a tener en cuenta desde ahora esas problemáticas que ya están presentes en muchas regiones, y sus posibles adaptaciones, prácticas y nuevas tecnologías, ya que como señala Pancho Campo “cuanto antes empezamos a reaccionar, más fácil y menos costosa será la solución al problema”. Bon Appetit.

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